Series para noches de calor / Cheers

Para disfrutar de las noches de calor que nos esperan este verano, qué mejor que disfrutar de una buena serie y, oye, puestos a elegir, ¿por qué no tirar de algún clásico? (Eso sí, a quien le apetezca redescubrir esta grandísima comedia que busque una buena colección en DVD o rastree a fondo en internet porque, qué sepamos, no está disponible en streaming para España).

Pero vamos a lo que vamos.

Hablemos de aquella magnífica sitcom ochentera que James Burrows y Glen y Les Charles supieron ambientar tan bien en el bareto más famoso de toda las historia de la televisión: Cheers.

Para los que no la recuerden bien o para aquellos que les pille de nuevas, Cheers, que no solo era el nombre del bar, sino también de la serie, nos contaba la historia de Sam Malone, un ex jugador de béisbol reconvertido tras su retirada en el propietario de bar de moda de su barrio de Boston, donde además disfruta de una vida de auténtico playboy, y la historia de Coach, amigo de sus amigos y de la bebida, y Carla, una camarera con muy malas pulgas, los dos encargados de que la barra funcione.

Allí están ellos y, como todo buen bar que se precie, también sus parroquianos: Norm y Cliff (los auténticos), Diane (que acabará siendo también camarera) y Frasier (sí, el psiquiatra de la serie Frasier). Juntos dentro y fuera de la barra y de la mano de otro buen puñado de personajes que fueron desfilando por el garito, nos hicieron reír y pasar grandes momentos a lo largo de los 11 años y 276 episodios en los que nos acompañaron entre 1982 y 1993 (y, más adelante, en sus repetidas reposiciones).

Curiosamente, en sus orígenes, la serie estuvo a punto de ser cancelada justo antes del final de su primera temporada por los bajos niveles de audiencia en Estados Unidos, pero fue confiar en su continuidad y resurgir de sus cenizas como un ave fénix para convertirse en uno de los grandes clásicos de la comedia televisiva de todos los tiempos.

La musiquilla de su opening, es Where Everybody Knows Your Name, quedó tan marcada en el recuerdo de todos los fans como cada una de las grandes anécdotas que se vivieron en Cheers, y que todos vivimos como propias, como si nosotros mismos estuviéramos sentados en una banqueta apoyados en la barra cerveza en mano.

Un reparto de auténtico lujo

A Cheers le ayudó a convertirse en lo que hoy es la originalidad y los divertido que era su guion, pero también el trabajo de un elenco de actrices y actores que elevaron la serie (y sus carreras, ya de paso) a lo más alto.

A Sam Malone le daba vida Ted Danson, a quien también vimos triunfar en otras series como Becker, otra sitcom de finales de los 90 donde hacía del doctor John Becker; en CSI: Las Vegas y CSI: Cyber, como D.B. Russell, o, más recientemente, en The Good Place, donde se metía en la piel de Michael.

Junto a él, Rhea Perlman (Carla), ganadora de cuatro Emmys por su trabajo en Cheers, precisamente, y pareja del gran Danny DeVito, a la que, por cierto, podemos ver en la película de Barbie, de Greta Gerwig, que se ha estrenado este mismo mes de julio. Y Nicholas Colasanto (Coach), a quien, tras su fallecimiento en 1985, sustituyó para su papel Woody Harrelson, quien como Perlman también se llevó su propio premio Emmy por aquel entonces.

Y qué decir los ilustres clientes del antro: George Wendt (Clipped), que daba vida a Norm; John Ratzenberger (voz de casi todas las películas de Pixar), interpretando a Cliff; Shelley Long (Esta casa es una ruina) como Diane, que fue después sustituida por Kirstie Alley (Mira quien habla); y Kelsey Grammer, que supo imprimir tal personalidad al personaje de Frasier que lo acabó convirtiendo en el protagonista de su propia serie.

Mucha clase… y muchos recuerdos…

¿Puede haber algo mejor que ‘refrescar’ la memoria con una buena comedia de las de siempre como Cheers para disfrutar de las noches de calor del verano? Brindemos por ello… Cheers!

ANTONIO SÁNCHEZ