Los 16 mejores monólogos de la historia del cine

Los 16 mejores monólogos de la historia del cine

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Toda canción de boyband, tiene su momento subidón, para hacer que sus fans enloquezcan. No hay más que echar la vista atrás para recordarlo. Obviamente, Hollywood no iba a ser menos. 

Toda película tiene un momento álgido, un monólogo épico, una frase memorable o un discurso para el recuerdo. Eso sí, no en todas, el momento alcanza cotas épicas y queda grabado en la historia del séptimo arte.

Es más, sólo unas cuantas películas se pueden permitir este lujo. Y ésas son las que hemos querido recuperar. Aquellas que, sólo de recordarlas, nos ponen los pelos de punta. Y ojo, que no todos se llevaron el Oscar por sus memorables actuaciones

Charles Chaplin – El Gran Dictador (1940)

Cuando el cine ya se rodaba con sonido, Charles Chaplin seguía haciéndolo mudo. Si alguna vez rompía su silencio en pantalla, quería que fuese épico. Y vaya si lo fue. En un discurso improvisado casi al completo, criticaba a Hitler y el nazismo, que arrasaba en Europa en ese momento. Todo con su toque chanante habitual. Memorable

Mel Gibson – Braveheart (1995)

Cómo será la cosa que, 21 años después, hay quien sigue emulando a William Wallace, antes de comenzar un partido de fútbol. Mel Gibson molaba mucho por aquel entonces y, con este discurso, alcanzó el cénit del molómetro. Su arenga a los escoceses antes de luchar contra Eduardo I de Inglaterra es, sencillamente, magistral. 

Jack Nicholson – Algunos Hombres Buenos (1992)

Tom Cruise eligió mal interrogado con Jack Nicholson. Cuando el niño prodigio de la época pensaba que tenía al veterano actor en el bote, Nicholson se revuelve como un gato y deja a Cruise sin palabras en uno de los alegatos más impresionantes que se recuerda en Hollywood. Aunque, para impresionante, el ser uno de los actores que se llevó un pastizal… ¡por no hacer una película! 

Anthony Hopkins – El Silencio de los Corderos (1991)

Hannibal Lecter ha sido, es y será uno de los villanos más intimidantes de la historia de Hollywood. Su primer encuentro con Jodie Foster no sólo deja sin aliento a su personaje, sino a todo el que está viendo la película. El espectador se siente escudriñado y en manos de un psicópata que sigue siendo un referente en el mundo de la actuación. 

Humphrey Bogart – Casablanca (1946)

Humphrey Bogart y su Rick fueron, durante años, la definición de putoamo en todo el mundo. Su despedida de Ilsa, la bellísima Ingrid Berman, es tan romántica como dolorosa. Sólo un tío que se viste por los pies puede hacer eso con la mujer a la que ama y ver como se aleja su avión. Siempre nos quedará París, 70 años después, sigue siendo una frase recurrente. Por algo será. 

Bruce Willis – Armageddon (1998)

Que Michael Bay nos haga llorar, tiene tela. Que lo haga con la ayuda de Bruce Willis, tiene delito. Lo cierto es que en una película frenética, con el planeta en juego, ambos consiguen emocionar al espectador en una preciosa despedida a millones de kilómetros. Muy moñas, sí, pero había que meterlo. 

Samuel L. Jackson – Pulp Fiction (1995)

Con Tarantino, hasta la última palabra de un diálogo tiene valor. En el discurso que se marca Jules, tirando de un pasado de la Biblia, en concreto Ezequiel 25:17, todo encaja. Es uno de los monólogos más venerados, admirados y aplaudidos del séptimo arte. A pesar de todo, se quedó sin Oscar, Martin Landau (Ed Wood) mediante. 

Robert De Niro – Taxi Driver (1977)

Tan psicológicamente desquiciado como actoralmente magistral. Travis Bickle le valió un Oscar a Robert De Niro, y porque no había más. Su momento, Talkin’ to me es escalofriante. Por momentos, parece que hable directamente al espectador que, una vez termina la escena, se da cuenta que no ha respirado desde que comenzó. 

Heath Ledger – El Caballero Oscuro (2008)

Soy un agente del caos”El momento en el que el Joker explica que sus motivos para el caos no son motivos, sino su forma de ser es abrumador. Hasta llegas a empatizar con él, dudando si unirte a su causa. Qué gran Joker nos regaló Heath Ledger y qué gran Joker perdimos con su muerte. 

Clint Eastwood – El Sargento de Hierro (1986)

Soy el sargento de artillería Highway. He bebido más cerveza, he meado más sangre, he echado más polvos y he chafado más huevos (chuta el contenedor de basura) que todos vosotros juntos, capullos“. ¿Hace falta decir algo más?

Al Pacino – Pactar con el Diablo (1997)

Al Pacino, haciendo de Diablo, defendiendo su devoción al hombre y vendiendo a Keanu Reeves su supremacía en el mundo. ¿Que si nos lo creemos? Desde ese día, Al Pacino es el Diablo en persona. Sublime discurso. 

Ewan McGregor – Trainspotting (1996)

El término Trainspotting se usa para nombrar el hecho de perder el tiempo y las oportunidades, viendo los trenes pasar. Algo que Renton no quiere que le pase. O sí. Sea como sea, el arranque de la obra maestra de Danny Boyle es uno de los más estimulantes de la historia del cine. Espídico. Como toda la película. 

Hugo Weaving – V de Vendetta (2006)

La película creó más expectación de la esperada y a muchos les decepcionó. A pesar de ello, con el tiempo, se ha convertido en un título de culto. Entre otros motivos, por este discurso tan romántico como peligroso de su protagonista. 

Russell Crowe – Gladiator (2000)

Me llamo Máximo Décimo Meridio, comandante de los ejercitos del norte … leal servidor del verdadero emperador Marco Aurelio. Padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada y alcanzaré mi venganza en esta vida o en la otra“. ¿Hace falta decir algo más (again)?

Tim Robbins y Morgan Freeman – Cadena Perpetua (1994)

Para muchos, la mejor película de la historia. Para todos, el mejor final posible. Una obra maestra que nos dejó dos interpretaciones memorables y un momento de paz, en plena cárcel, donde los dos protagonistas hablan de la vida, de lo humano, de lo divino y, sobre todo, de Ziguatanejo. Todos lo buscamos nada más terminar. 

Rutger Hauer – Blade Runner (1982)

Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”. Y todo con la voz de Constantino Romero. Pelos como escarpias. 

Fotos y vídeo: Youtube

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