En la actual sociedad del conocimiento, las nuevas tecnologías y los avances científicos, cualquier dolencia leve dispone de numerosos remedios de todo tipo, precio, condición y sabor.
Un ejemplo claro lo tenemos en la tos: probióticos, pastillas caramelizadas, cremas, jarabes… Y, a pesar de ello, mucha gente sigue recurriendo a los denominados remedios de la abuela. ¿El motivo? Funcionan, son baratos y siempre están a mano. Y es que, más allá de las alternativas de última generación o relativamente modernas, hay remedios naturales que llevan siglos aplicándose porque funcionan. Y para muestra, estos botones. Cuatro remedios naturales y clásicos para la tos.
¿Que después de usarlos no se ha pasado la tos? En tal caso, obviamente, toca visitar al médico y ver qué ocurre. Para agilizar los trámites y adelantar citas siempre puedes recurrir a una consulta privada: para ello, te recomendamos calcular el seguro de salud online, pues te puede sorprender el precio por el que puedes conseguir el tuyo.
4 remedios naturales para la tos
Cebolla
El remedio contra la tos por antonomasia. Un clásico de ayer, hoy y siempre que toda persona que ha vivido en el siglo XX ha probado y con un éxito irrefutable. Tan sencillo como cortar una cebolla por la mitad y colocarla en un plato debajo de la cama durante toda la noche. Añadiendo una cucharada de azúcar por encima y un chorreón de agua, se potenciarán sus resultados. Sí, por la mañana habrá que ventilar la habitación durante un buen rato pero como remedio casero y natural, la cebolla nunca falla contra la tos.
Té con miel
En una taza con agua caliente, echamos dos cucharadas de miel y té de hierbas o, en su defecto, un chorrito de limón y lo tomamos antes de irnos a dormir. Además de aliviar las membranas irritadas de la garganta, la miel tiene efectos antivirales y antioxidantes que calmarán de forma notable la tos. Por si fuera poco, nada mejor que irse a dormir con el sabor de la miel en la boca. Dulces sueños garantizados.
Jengibre
Las propiedades antiinflamatorias del jengibre son una bendición para aliviar la tos seca o asmática, pues ayudan a calmar las membranas de las vías respiratorias. Tan sencillo como hervir agua y añadir 5-6 rebanadas de jengibre fresco. Lo dejamos reposar 5 minutos y le añadimos un poco de limón para mejorar el sabor complicado del jengibre.
Vapores de agua
Los vapores de agua siempre han sido una solución eficaz y sencilla para la tos pero, con el paso del tiempo, se ha perdido. Especialmente recomendado para toses húmedas, acompañadas con flemas, los vapores de agua ayudan a que la mucosa salga y se desatranque la garganta y las vías respiratorias.
La opción más recomendable es la de aspirar vapores de agua de forma directa. En este caso, basta con hervir un recipiente con agua y añadirle hierbas o aceites esenciales, por ejemplo, de eucalipto o romero. A continuación, toca colocarse sobre el recipiente y cubrir la cabeza con una toalla, dejando el vapor atrapado en ese espacio reducido. Al hacerlo durante cinco minutos, la garganta se suavizará, las vías respiratorias se desatascarán y la tos desaparecerá durante un buen rato. Cuando vuelve a aparecer, será momento de repetir la operación.