La imagen casi infantil de Maribel Verdú que encabeza este artículo pertenece a La estanquera de Vallecas, comedia triste dirigida en 1987 por Eloy de la Iglesia, cineasta tremendista que tuvo su minuto de gloria (recuérdese El pico) antes de ser engullido por un olvido del que, a veces, se le rescata en certámenes y ciclos de la filmoteca. En La estanquera de Vallecas era Maribel Verdú, efectivamente, casi una niña. Pero es que empezó a trabajar muy joven, con 13 años ya se midió con Victoria Abril en El crimen del capitán Sánchez, capítulo dirigido por Vicente Aranda de la muy exitosa serie La huella del crimen.
Había nacido (discúlpese el tópico) una estrella, ya que Maribel Verdú en seguida captó la atención de público y realizadores que vieron en esa jovencísima mujer un carisma que traspasaba la pantalla.
Maribel Verdú nació en Madrid en 1970 y su vida siempre ha sido la interpretación. Comenzó en publicidad y, siendo una adolescente, dejó los estudios para dedicarse a su carrera como actriz. Y la apuesta le salió bien.
Aunque, claro, ha tenido que lidiar con la brutal irregularidad en cuanto a calidad que rige la industria española: lo mismo hacía películas estimables como El año de las luces (1986) de Fernando Trueba o 27 horas (1986) de Montxo Armendáriz que trataba de salir indemne de proyectos fallidos como Sinatra (1988) de Francesc Betriu o Soldadito español (1988) de Antonio Giménez Rico.
Hasta que llegó Amantes (1991) de Vicente Aranda, su consagración, un drama de alto voltaje erótico que relataba un suceso real en torno a un triángulo amoroso cuyos vértices eran Victoria Abril, Jorge Sanz y Maribel Verdú.
Crítica y público se rindieron a los pies de una actriz que emocionaba en la pantalla como nadie.
Y luego llegó, claro, Belle Epoque (1992), la película de Fernando Trueba que ganó el Oscar y que supuso el primer gran viaje de Maribel Verdú. Se asomó a Hollywood por vez primera. Regresaría. aunque ella siempre fue una actriz (para bien y para mal) muy apegada a la industria española.
Comenzaría para Maribel Verdú un periodo de obras maestras (Canción de cuna, La buena estrella, Y tu mamá también) con otros títulos… ejem.., discutibles. Sí, Maribel Verdú sale en Tuno negro. Por ejemplo.
Y hasta rodó con Francis Ford Coppola una película absolutamente ignorada (dice la crítica que con razón) titulada Tetro.
Y siguió trabajando incansablemente y, ale hop, Hollywood volvió a cruzarse en su camino. Este 2022 rodó junto a Ewan McGregor y Ethan Hawke la película Raymond & Ray de Apple TV.
Y en esto llegó el universo superheroico.
Porque Maribel Verdú encarna en Flash a la madre del superhéroe que va siempre a toda prisa. Sí, nuestra icónica actriz aparece en la gran apuesta de DC que tantos ríos de tinta ha hecho correr (o los hubiera hecho correr si aún se escribiera con tinta.
Pero a Maribel Verdú no le hace falta ningún superhéroe para convencernos de que es una de las grandísimas estrellas de la interpretación mundial.
Ahí queda su fabulosa filmografía. Sus grandes trabajos. Y hasta las películas malas en las que ella siempre estuvo bien.